La navegación durante la Edad Media fue un aspecto crucial para el comercio y las expediciones militares. La Europa medieval se caracterizó por tener una red de ríos navegables, lo que propició el desarrollo y la expansión de la navegación fluvial.
Los ríos eran la principal vía de comunicación y transporte de mercancías. La navegación fluvial tuvo su mayor auge en los siglos XI y XII, gracias a la creciente actividad comercial. Barcos como los 'covos' y los 'weysschiffe' permitieron el transporte de grandes cantidades de mercancías a través de los ríos navegables.
Además, el transporte fluvial también se utilizó para la movilización de tropas. El rey Guillermo I de Inglaterra, conocido como Guillermo el Conquistador, empleó barcos para transportar un gran número de soldados y caballos a través del Canal de la Mancha durante la conquista de Inglaterra en 1066.
La navegación fluvial también tuvo sus desventajas, ya que los ríos se congelaban durante los durísimos inviernos, lo que impedía el tráfico fluvial y obstaculizaba el comercio.
A pesar de que la navegación oceánica era más arriesgada, también tuvo una gran importancia durante la Edad Media. Los comerciantes europeos necesitaban acceder a las rutas comerciales mediterráneas y orientales para obtener especias y otros bienes valiosos. Los vikingos, por su parte, se valían de la navegación oceánica para saquear y conquistar otras tierras.
Los barcos empleados para la navegación oceánica eran más grandes y resistentes que los utilizados en la navegación fluvial. Uno de los barcos más famosos de la Edad Media era el 'nave' o 'nau'. Este barco podía transportar hasta 300 toneladas de carga y tenía una longitud de unos 30 metros.
Otro gran avance en la navegación oceánica fue la invención de la brújula, que permitió a los navegantes orientarse mejor en el mar. La brújula, que fue desarrollada en China en el siglo IX, llegó a Europa en el siglo XII.
Los puertos desempeñaban una función vital en el desarrollo de la navegación medieval. Los puertos permitían a los barcos acceder a los distintos puertos alrededor del continente europeo y, de esta manera, facilitar la actividad comercial y la movilización de tropas. En la ribera del mar del Norte se desarrolló una red de puertos que permitía el comercio con la región del Báltico.
Los puertos estaban amurallados y se protegían con torres de defensa frente a los ataques piratas y enemigos. Además, en los puertos se ubicaban talleres de reparación de barcos y almacenes de mercancías, que permitían a los comerciantes almacenar sus productos antes de su transporte.
El desarrollo de la navegación durante la Edad Media sentó las bases para el surgimiento de los grandes imperios marítimos europeos, como el español y el portugués, durante los siglos XV y XVI. Además, la navegación medieval también supuso el inicio de la exploración del mundo, que tuvo una gran relevancia en la época de los Descubrimientos.
En definitiva, el desarrollo de la navegación medieval permitió la expansión de la actividad comercial y la movilidad humana, lo que tuvo un gran impacto en la historia de Europa y el mundo.